Hace unas semanas, tuve un sueño que me voló la peluca. Soñé con un lugar que conocí muy bien de chiquita, y que nunca mas visite desde los 12. En el sueño, yo me daba cuenta que estaba soñando, y que ese regalo de mi inconsciente era la punta por la cual agarrar el ovillo y empezar a desenredarlo. Trataba, sin ningún tipo de resultado claro, de escribir y registrar eso que veía y sentía en ese espacio, un sueño dentro de otro sueño. Me desperté sabiendo que era una idea de puta madre, pero que solo en el sueño tenia sentido embarcarme en esa.
Lo deje ahí sabiendo que era importante, pero sin la mas puta idea de como encararlo. Y de pronto, un domingo al mediodía la ruta nos va llevando al Dique La Quebrada, vamos por Unquillo y sale un "che, y si vamos a ver que onda?". Y fuimos. Y se fueron acomodando, poquito a poquito paquito empaqueta, las ideas en esta cabeza. Ese lugar tiene ese no se que que necesito para no se bien que cosa, pero que si lograra concretarlo, seria muy moooy copado. Tengo la sospecha de que los años que pase ahi, los domingos en familia, la primada, las cagadas que nos mandabamos, las cosas que aprendi, son el comienzo.
La infancia, ese es el punto de partida. Cuando sos chiquito, tenes margenes de error mas laxos, tenes credito para equivocarte, pa echa' moco y pedir perdon y seguir jugando como si no le hubieras tirado del pelo a tu hermana. Esa impunidad del "quiero hacer esto", "ma, quiero ir a las hamacas", "me compre 1 peso de chicles de banana!" y despues terminabas con esos putos chicles un mes mas tarde. Mi infancia fue hermosa, o mejor dicho, asi me la acuerdo. Le voy a dar permiso a mi cerebro para elegir solo lo copado, y entonces si, lo pase bomba de pendeja.
Hoy, pisando las 3 decadas, me alucina ver toda esa libertad para expresarme y para sentir, porque por alguna estupida razon ("madurar" le dicen por ahi) no la tengo mas. O la tengo, pero archivadita donde se guarda todo lo que ya fue. Y me da por el centro de las bolas que nunca voy a tener. Se empieza de a poquito, y es una cuestion de trabajitos practicos que se hacen, simplemente se llevan a cabo y van sumando. Me da panico enfrentarme con todo lo que quiero ser y no soy, y me empaco. Y ahi me quedo, no siendo. Me hacian falta un sueño con la casa de Unquillo, una visita inesperada, un disfrute desafectado de la compañia de otro, un par de charlas descolgadas por ahi, y la cara de Valentina sonriendo mientras se dormia despues de tomar la teta. La infancia es el punto de partida, y el disfrute pleno el objetivo. Siganme los buenos!
Ay si, chicos, mas vale que aunque me ponga cursi, romanticona y poetica, a la camiseta la voy a tener que seguir transpirando. Pero el olor a chivo es mucho mas pasable cuando lo juntaste pelotudeando en una plaza, no?
No hay comentarios:
Publicar un comentario