Es mentira eso de que venimos con todo resuelto y que hay caminos predeterminados para seguir, que conducen inevitablemente a la felicidad. Y tampoco es cierto eso de que la felicidad es estándar y que hay una única forma de ser feliz, prolijita y clara, con los pasos re bien marcados, listo para que le eches agua caliente y revuelvas y voilá! felicidad instantánea! Qué mentirosos del orto. Y la frustración de seguir todos los pasos y aún así, nada. Me enojé mucho, conmigo, con otros, con lo que ni yo ni los otros eran (me queres decir por qué si yo me imaginé que vos eras así y hacías esto y lo otro, no lo haces?). Y enojada peso el doble. Es como estar metida en un río con muchas capas de ropa, que el agua se embolsa entre las telas y además de estar incómoda, cuesta mucho más moverse para un lado que no sea el de la corriente natural.
Y cuál es la corriente natural?
Pff! "Voy bien, no? Es para allá que hay que ir? Che, los sigo no más o puedo ir para ese otro lado? Porque allá me parece que está mas bajito, no es que no sepa nadar, pero es que soy petisita, y por ahí no hago pie. Si, si, ya sé, si me quedo callada gasto menos energía y no distraigo a todos, perdón es que me aburre que me lleve la corriente con tanto ruido a nada". Ruido a nada. A todo. Todo hace algún tipo de ruido pero creemos que es normal, que hay que bancarla. Pero probaste hacer la plancha en el mar? Bueno, eso. Viste que si existe esa tranquilidad que nos enseñaron a no buscar?
Pasa que es una paz llena de movimiento y cambio. La paz quieta es para los muertos, también existe pero no es la que me interesa conocer. Calculo que la conoceré solita el día que me muera habiendo hecho lo que quise o lo que me hizo feliz. Pero no es esa. No, la paz de la que hablo es una con ritmo cadencioso, donde las cosas se van aconteciendo una tras otra, y es natural que así pase, y es natural que las vivamos como vengan. Alguna vez pensaron lo ridículo que es tratar de vivir las cosas de una u otra forma porque en el manualcito que tenemos dice eso? "Me escribió hace dos días, en el manual dice que tengo que esperar uno más para responderle, si no puede llegar a pensar que soy una puta". "Tengo ganas de renunciar porque me basurean todo el día en este trabajo, pero primero tengo que poder usar el recibo de sueldo para comprarme un auto. Antes de los 30, dice acá". "No quiero tener hijos, pero como no soy homosexual y soy re simpática, parece que tengo que conseguir un hombre adecuado para que armemos juntos, en equipo, una familia. Antes de los 35, después no se puede". Nos imagino con una libretita en el bolsillo, o en la cartera, que sacamos para consultar cada paso que damos. Una con todo ya escrito, no una para anotar ideas. Y resulta que ami no me gusta más lo que dice la libretita.
Porque saben qué? Nunca me gustó, ni me lo banco, ni me interesa que me guste a futuro eso del blanco vs negro. Hay infinidad de grises en el medio, y tampoco me quiero casar con ninguno de ellos, son todos válidos, todos posibles, todos... grises. Hoy quiero un gris. Mañana uno un poquito más saturado. Pasado uno más clarito. Y no pondría en juego mi coherencia, sería siempre consecuente eligiendo... gris.
Tuve que andar 30 años para llegar acá. 5 en realidad. 2 si nos ponemos en hinchapelotas y hacemos honor a la verdad. Pero caminé como una reverenda conchuda. Y ésto que les comparto no es una apología de mis elecciones, ni una justificación, ni siquiera un reconocimiento. Es que hay algo que ya no se puede quedar callado, ya no se banca las reglas impuestas, ya no pilotea lo estúpido de seguir como vacas al que lleva el cencerro. Hay muchos de este lado, pasa que hay un montón a los que no les creo nada porque es todo mucho bla bla y puras contradicciones. Yo, de a ratos, soy uno de esos. Sabes qué pasa? Que andar a tientas sin el librito es una garcha, no ves nada, es como estar en Intiyaco de noche y que sea lo mismo tener los ojos abiertos o cerrados. Y yo le tengo miedo a la oscuridad. Le tengo miedo a tantas cosas! "Cuál es el problema de tener miedos?" dije una vez, cocorita, defendiendo mi orgullo herido. Me lo hicieron escribir y todo. Es que el problema no es tener miedos, sino que esos miedos te paren en seco y no te dejen elegir libre. Esa vez tenía miedo a que no me eligieran. Ami, que soy tan fantástica y adorable! Y era un miedo real: no me estaban eligiendo. Y estaban haciendo pleno uso de su libertad, esa de la que podes hacer uso cuando no te ganan los miedos. Todo conecta con todo.
Tuve que andar todas estas cosas para poder ver que el gris que me gusta cambia con la luz con que se vea, que no es un color aburrido y plano, sino cambiante y rico en matices. Y que sobretodo es bonito porque es el que estoy eligiendo. O por ahí solo el que me está saliendo. Lo importante es que ya no hay blanco y negro separados.
Por si no fui lo suficientemente clara, pensalo así: elegir gris es como reventar un granito, que libera la presión y te deja de doler. Y no hay nada más lindo que eso en el mundo!
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