Me miro los dedos mientras tipeo. El teclado está verdaderamente inmundo. Ahora que levanto la vista -no soy de los que escriben sin mirar- me doy cuenta que el monitor está en iguales condiciones. Ya tiene más de 4 años, mi primera notebook propia. Me acuerdo de la sensación en la piel como si fuera ayer que me la trajeron de Estados Unidos: la computadora propia, donde todo lo que guardara quedaría para siempre "mío". Con algunos noviazgos a cuestas y todas las fotos que se fueron en las otras compus prestadas, ahora tengo todo conmigo. Wacala, demasiada información.
Hace poquito cerré otra historia. La tercera con ese título, la vigésimo cuarta sin clasificar, la primera que cierro con el cariño intacto y las no ganas a flor de piel. Sé que queda todo por delante a los 30 años y confío en lo que tengo en mi arsenal; me sé sola, no uso base de maquillaje ni me peino, y estoy secretamente enamorada de mis primeras patas de gallo, "son de sonreír mucho", me verseo. Casi nunca uso tacos, "que se agachen los otros, qué mierda!". No milito para ningún partido político, no defiendo a muerte ninguna ideología, y nunca fui buena eligiendo ninguno de los extremos -no me gusta ni el Michael Jackson de Thriller ni el del barbijo que vivía enfermo, y prefiero The Bends de Radiohead por considerarlo "de transición"-. Pienso que ser "tibia" no está tan mal, después de todo tampoco soy buena para quedarme enojada mucho tiempo. Siempre fui la del medio, me gustan todos los días de la semana, cualquier bondi me lleva a destino, trato de buscarle el lado amable a cuanta pelotudez se me cruza y sé que lo que la sonrisa no consigue, llega mostrando el escote. "Hay que aprovechar". Unos meses atrás, la soledad era mi peor monstruo. De noche, al acostarme, revisaba varias veces el ropero, que las puertas estén bien cerradas, mirá si se mete por una rendijita y me carcome los huesos... Ahora también lo hago, pero más por TOC que desconfianza. Ya soy una sola, completa, orgánica, inacabada, bastante imperfecta. Tengo mi casa, mi cama, mi espacio, mis secretos, mis amores. Me tengo a mí misma, y con eso me dijeron que tengo todo lo que puedo necesitar.
"La vida es mas fácil de a dos" escuché desde siempre. Se olvidaron de avisarme que a medida que se suma gente siempre es mejor, y que se llaman amigos. Y que esas duplas mágicas, esos equipos salvadores, no necesariamente son parejas que construyen y avanzan juntos a la par hacia un fin común. Se olvidaron de contarme que cada vínculo que estableciera en mi vida es una pareja, es un de a dos.
Lo aprendí a los ponchazos.
Son las dos y cuarto de la mañana, y sigo sentada frente a la compu sucia, mirándome la uñas recién cortadas y recordando un bioquímico que, con muy poco tacto, me dijo que no es de señoritas usar las uñas tan cortas. "Es de gato tener las uñas largas" pensé, pero solo le sonreí. "Mis manos tienen carácter y generaron historias extraordinarias", con eso me consuelo. Me las miro tipeando... si, es cierto, tengo manos de nenita. Sé que a veces no me dan mi verdadera edad, y me imagino en 10 años, con las tetas caídas y me horrorizo. No soy ninguna pelotuda, es indiscutible que en ellas descansa gran parte de mi encanto. "Siempre tendremos los implantes" me digo a mi misma en voz alta y me escucho en el silencio de la casa que con tanto orgullo mantengo. Es hora de irse a dormir. Mañana será otro día, con suerte me despertará un "buen día, hermosa" del señor de mirada intensa, sonreiré, me veré en el espejo buscando la belleza despeinada y de ojos hinchados, y seguramente me sentiré "hermosa" pensando con sorna que de tanto repetirlo, me lo terminé creyendo. De buen humor, haré un raconto de todas las formas de felicidad que conozco y recordaré que en el mundo hay inconformistas, maleducados, agradecidos, gente con vuelo, quedados, pelotudos, amigos del alma, amores imposibles, mimosos, conchudas y gente que no. Saldré al mundo a ser yo en bolas, todo lo desnuda que pueda.
(Antes limpiaré un poco la casa, el teclado de la compu me está recordando a gritos que vivo en el reinado del polvillo y la pelusa sandunguera).
(Antes limpiaré un poco la casa, el teclado de la compu me está recordando a gritos que vivo en el reinado del polvillo y la pelusa sandunguera).